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SOLO EL ESPIRITU DE EQUIPO NOS PERMITIÓ SUPERARLO

Diego Cuvi

 

Apenas inició el 2015 habíamos tomado la decisión de correr el Ironman de Maryland en Cambridge, sábado 3 de octubre, lo acordamos en conjunto luego de analizar varias posibilidades siendo tomado a  consideración fechas, lugares, facilidades de viaje, hospedaje, dureza de los recorridos, costos operativos y logísticos, disponibilidad de cupos de inscripción, etc.

 

Hasta la semana previa al viaje a tierras norte americanas nuestro kilometraje acumulado en 35 semanas de entrenamiento fue 102km de natación, 5.275km de ciclismo, 1.418km de atletismo, y 40 horas de entrenamiento de fuerza en gimnasio, aproximadamente 34.400 minutos de entrenamiento en madrugadas, mañanas, tardes y noches, con frío, con sol, con lluvia, con obscuridad, con buen ánimo, con mal ánimo, con sueño, con cansancio, con hambre, con dolores, lesionados y a veces hasta enfermos, con accidentes de ciclismo, caídas leves hasta graves, varios viajes a campamentos y entrenamientos fuera de la ciudad, unas 573 horas o lo equivalente a 24 días que no estuvimos disfrutando junto a nuestros seres queridos, además del tema económico que no creo sea el momento de comentarlo.

Nuestro viaje fue con una corta escala en Bogotá y luego volamos hasta Washington aeropuerto Dulles, todo lo relacionado a transporte y alojamiento lo teníamos cubierto desde meses atrás, fuimos precavidos y organizamos lo mejor que se pudo el viaje, no es fácil trasladarse a otro país a correr un triatlón como un equipo, usamos 2 Van´s una para traslado de las bicis y equipaje más dos de nosotros y otra para el resto del grupo, en otro vuelo y en otros vehículos venían desde New York y Baltimore dos miembros más, en total de triatletas y familiares el grupo fue de 12 personas, de los cuales 8 fuimos a correr.

 

El miércoles 30 previo a la carrera hicimos nuestro 1er y único entrenamiento en Cambridge, el clima había cambiado drásticamente por la influencia del huracán Joaquín que se había formado al este de la Florida por la Bahamas y estaba comenzando a tocar la costa Este de los EEUU, entre las zonas afectadas el Estado de Maryland donde se daría el Ironman, el clima se puso muy frío, con lluvia, vientos muy fuertes y oleaje importante, al punto de que algunas localidades fueron evacuadas, por nuestra hipnotizada mente jamás paso siquiera un pensamiento negativo sobre la realización de la carrera, estábamos tan enfocados que no tomamos en cuenta los comentarios y noticias del clima, asistimos en conjunto el jueves 1 de octubre para realizar nuestro “check in”, ya había mucha gente haciéndolo, se había instalado la feria de productos, se estaba montando toda la escenografía de partida, llegada, vallas de publicidad, en fin todo estaba en marcha para el gran evento anual del pueblo de Cambridge, pudimos registrarnos, retirar nuestros chips, números, stikers, recibimos la mochila, la camiseta oficial del Ironman, hicimos compras, todo era alegría y emoción, incluso lágrimas derramadas por parte de nuestra única mujer del equipo la “Chiky”, la carrera se corría el sábado, faltaban menos de 48 horas.

 

Ese día en horas de la tarde casi entrando la noche a través de un frío email recibimos la notificación que el triatlón estaba suspendido, y que no se conocía aún si se lo pospondría o definitivamente se cancelaría, nos fuimos enterando de a poco, no creíamos lo que estábamos leyendo en esa notificación al más puro estilo anglosajón, corta, precisa y concisa, nuestros rostros estaban paralizados, las lágrimas llenaban nuestros ojos, la impotencia se apoderó de nuestras mentes y cuerpos, no asimilábamos lo que nos estaba ocurriendo.

 

Ventajosamente estábamos en equipo, juntos, como en los entrenamientos, en las buenas y malas, eso nos permitió ir tomando decisiones acertadas, nos ayudó a combatir la angustia y la desesperación, la tristeza, tuvimos que replanificar todo en cuestión de horas, unos cancelar vuelos, otros reprogramarlos, cancelar estadías y planificar otras en diferentes ciudades, traslados, autos, retornos a ecuador, viajes a New York, Baltimore y Washington, se alteró todo incluso los presupuestos ya que comenzaron a aparecer gastos inesperados, todo fue un caos pero con organización y tranquilidad, nuestra formación profesional y nuestro Espíritu de Equipo salió a flote, nos permitió afrontar con calma todo, nuestros familiares no creían y tampoco aceptaban lo sucedió, era un hecho, todo estaba consumado.

 

Han pasado más de 30 días y estamos nuevamente cumpliendo un programa de entrenamiento, esta vez iremos al Ironman de Texas el 14 de mayo de 2016, ahora no vamos a correr 8, estamos inscritos ya 12, estamos más unidos que antes y podremos vencer hasta otro huracán si fuera el caso.

VO2MAX triatlón… “conquistar tus miedos y hacer posibles tus sueños solo depende de ti, el que se atreve vence”

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